Tutela bienes jurídicos fundamentales: Su objetivo principal es proteger bienes jurídicos esenciales para la convivencia social, como la vida, la integridad física, la libertad, el patrimonio, entre otros.

Tipifica delitos y penas: Define de manera precisa qué conductas son calificadas como delitos y establece las sanciones penales correspondientes, como penas privativas de libertad, multas, inhabilitaciones, etc.

Principio de legalidad: Rige el principio nullum crimen, nulla poena sine lege, es decir, no hay delito ni pena sin ley previa que los haya definido con anterioridad.

Carácter fragmentario: Sólo interviene en las conductas más graves, dejando un amplio campo para otras ramas del derecho como el civil, administrativo, etc.

Última ratio: El derecho penal es la última herramienta de control social, aplicable cuando otras ramas del derecho han fallado en la prevención.

Finalidad preventiva: Además de la punición, busca prevenir la comisión de futuros delitos mediante la amenaza de la pena y la reinserción del delincuente.

Garantías procesales: Establece una serie de garantías y derechos para el imputado durante el proceso penal, como la presunción de inocencia, derecho a defensa, debido proceso, etc.

En resumen, el derecho penal constituye el conjunto de normas jurídicas que tipifican los delitos y faltas, determinan las penas aplicables y regula el proceso penal, con el fin de proteger los bienes jurídicos fundamentales y mantener el orden social.